
Querida Emily:
Sé que prometí escribirte antes, pero debes saber que mi tiempo libre ahora es muy limitado. No como bien, no duermo bien, tampoco sé si hago las cosas bien, ya no sé que significa la palabra "BIEN". Pensé en ti, Emily; recordé aquel tiempo donde las cosas eran fáciles, o por lo menos lo parecían, donde eran sencillas y sin grandes esfuerzos, donde sólo pensábamos una en la otra.
Hoy por hoy, hay muchas más personas en mi vida a las que doy tanto amor como un día te lo di a ti. Algunos días te echo mucho más de menos que otros, necesito tu fuerza y energía, tus palabras, tu calor y tu necesidad de superación. No puedo borrar mi emotividad, mi desvarío y melancolía.
Ya no soy la misma que conociste hace tanto tiempo, no me han cambiado, yo he cambiado. Ayer, hoy, mañana y pasado haré y dejaré de hacer tantas cosas que un día como hoy hice y no hice. Me vi capaz, pero no fui. No me vi capaz, pero si que fui.
Estoy avergonzada de mis actos, de mis comportamientos, de mis ideas, de mi inocencia y poca sabiduría, hasta de mi forma de hablar y de caminar. No te contaré que ocurrió, ya te lo imaginaras, sólo paso.
Así sin más me despido mi pequeña Emily, sé que estarás soñando y levantando el vuelvo sobre tus alas de papel, yo me iré a la cama al sueño conciliar.