Según el tonto, la vida es un juego. La finalidad de todo juego es divertirse. Podemos aprender jugando. Necesitamos hacer cosas nuevas en la vida. Necesitamos ensanchar nuestras fronteras. Si nos contentamos con nuestra situación actual —en todos los aspectos—, no estaremos interesados en descubrir cosas nuevas. La cualidad del tonto necesita ser dirigida, no reprimida, como tantas veces ocurre en la sociedad moderna. Hay que proporcionarle salidas.

El tonto nos recuerda que debemos fomentar nuestra individualidad y no ponerla en peligro. Siente una aversión instintiva por la autoridad y detesta que los demás le den órdenes. Necesita un espacio amplio para él. Odia la rutina y desea que continuamente ocurran nuevas cosas alrededor. Podría atraer fácilmente a compañeros excéntricos, imprevisibles e incapaces de comprometerse. Sus mejores características son el dinamismo y la habilidad para actuar.

Aunque se caiga permanentemente, se levanta una y otra vez hasta que por fin encuentra su equilibrio y, de repente, puede caminar. Cuando fallamos en algo, debemos levantarnos y seguir probando hasta hacerlo bien. Si no aceptamos el reto, no tardaremos en andar cojos por la vida y, al final, seremos incapaces de luchar por nuestra libertad. El tonto no es tan tonto, aprende de sus errores.



Sí, me gusta ser un poco tonta.

4 comentarios:

Albino Blanco dijo...

Yo no soy tonto.
Yo compro en Media Markt.

Anónimo dijo...

A veces, la inocencia es mejor, a veces quiero no saber más y sonreir,y vivir.

A veces, te leo pequeña, y me emocionas, sigue escribiendo y pintando realidades de colores.

Un abrazo

Anónimo dijo...

también yo soy un poco tonta...

Isaelia Rojas Tattá dijo...

Es bueno ser tonto de vez en cuando. Desplegar las alas y tontear de lo lindo. Me gustó este post. Está plasmado con pinceladas coloridas.

Gracias por visitar mi blog. Vuelve cuando quieras.

Éxito e inspiración =9