¿Quién es? Pues fue un ninfa deslenguada, altanera y poco confiada que desprecio al "maravilloso" dios Apolo, dueño de la música y la belleza masculina. Este le quería comer el laurel a Daphne, pero justo en el momento en que se la estaba trincando, está se transforma en un cactus. ¿Qué le paso al miembro de Apolo? Esa es otra historia.
4 comentarios:
Todo tan efímero como el viento... (L) Me gusta tu publicación! Besillos =)
Escueto, liviano y directo.
Tan profundo como en viento, sensitivo, ajeno y cercano.
Me gusta, un besazo
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