Hoy me he dado cuenta de mi desmedido miedo al agua, es un sentimiento irrevocable. Sí, sabe dios por qué será, lo que me causa intranquilidad es mi manera de negarlo tan descaradamente.

Me detuve a reflexionar mi vida en los últimos tiempos y me encontré con varios sucesos que verifican mi total rechazo al agua. Desde hace dos años no voy a la playa; de pequeña jamás quise dar natación; cuando voy a alguna piscina, sólo me dedico tomar el sol; casi nunca me doy un baño, sólo me ducho con el agua muy calientita; y así repetitivos acontecimientos que cada día hacen que me de cuenta de mi rechazo inconsciente a las profundidas marinas(y no marinas). Y a todo esto, ¿por qué me autoengaño creyendo que me gusta el mar? a ciencia cierta he descubierto que me gusta admirarlo, visitarlo, percibirlo, hasta darme algún que otro chapuzón, pero sin más.

En fin, tengo hidrofobia(o por lo menos, principios de hidrofobia), ¿me ayudará en algo reconocerlo después de tanto tiempo?, no tengo ni la más remota idea.

- ¡¡Mira!!
- ¿Qué?
- ¡Un pajarito tratando de nadar!
- ¡Venga ya! Los pájaros no saben nadar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hay sirenas que no saben nadar.

Casiarturo dijo...

Hay aves que nadan mejor que peces, mas no saben volar.

CdeClarividencia dijo...

Hola! Pasaba para saludarte, animarte a escribir ahora que sonreímos un poco más y a anunciarte, que I've come back! Besos =)